La hipnosis clínica, no sólo ha demostrado su eficacia para el tratamiento de trastornos psicológicos como la ansiedad o el estrés, sino también para la intervención sobre problemas de carácter más biomédico, los denominados trastornos psicofisiológicos como las cefaleas, el dolor crónico, el dolor oncológico, etc.

La hipnosis clínica, según las definiciones de la American Psychological Association y la British Psychological Society, es un procedimiento de intervención basado en técnicas de sugestión. Así, se trata de que el terapeuta o hipnotizador, utilizando diferentes tipos de sugestiones, ayude a la persona o paciente a generar en su imaginación la experiencia problema, así como a detectar las emociones, los pensamientos, reacciones fisiológicas, etc., asociados a dicha experiencia con el objetivo de influir en la percepción, los sentimientos, pensamientos y comportamientos y facilitar el cambio.

Antonio Capafons (1998), afirma que la hipnosis constituye un procedimiento que permite potenciar la eficacia de las técnicas de intervención psicológica. Es más, no sólo ha evidenciado ser una técnica eficaz para el tratamiento de trastornos típicamente psicológicos como los de ansiedad, la depresión, el tabaquismo o los trastornos de estrés postraumático, sino también en alteraciones de tipo psicofisiológico como el manejo del dolor, los trastornos gastrointestinales, la diabetes o el asma, entre otros, así como se ha demostrado científicamente los beneficios de su utilización en diferentes contextos médicos (preparación para la cirugía, obstetricia, pediatría, odontología, etc.)

No obstante, también es cierto que existen muchos mitos y creencias erróneas sobre las bondades de la hipnosis clínica, en gran parte fomentadas por los medios de comunicación, las malas prácticas o su relación con ambientes de carácter esotérico, que empañan las bondades de este procedimiento y provocan el rechazo a su utilización.

 

 

 

 

MITOS Y CONCEPTOS ERRÓNEOS SOBRE LA HIPNOSIS

 

-          El hipnotizador se apodera de la mente y la persona pierde el control.

-          La hipnosis se produce gracias al poder del hipnotizador.

-          La persona hipnotizable tiene una mente débil.

-          Una vez hipnotizado no puede resistirse.

-          La persona hipnotizada está dormida.

-          Se puede hipnotizar para que diga o haga algo en contra de su voluntad.

-          La hipnosis es una terapia.

-          Se debe estar relajado para poder ser hipnotizado.

-          Ser hipnotizado puede ser peligroso.

-          ¿Qué ocurre si no puede despertar?.

        -         Aunque no quiera me pueden hipnotizar.

1. ¿Se encuentran en un estado de inconsciencia las personas en estado hipnótico?

 

No es así. En realidad, la persona en estado hipnótico experimenta una mejora en su concentración y logra focalizarse de una forma poco habitual. La atención está focalizada en la mente de la persona. “ La hipnosis es un estado mental en el que predomina la función del hemisferio no dominante (hemisferio derecho en diestros). En este estado mental se establece una empatía singular y adecuada para la terapia, con la que es más probable la expresión emocional, la neutralización de los juicios de valor y creencias actuales, además de favorecer la evocación del pasado. Dependiendo de la dirección de las sugestiones, se articula la activación del sistema nervioso autónomo, tanto en su rama simpática como parasimpática, amén de muchas otras funciones psicofisiológicas”.  (Roberto Aguado 2001). El paciente es consciente en todo momento durante el proceso de hipnosis.

2. ¿Es la hipnosis un estado similar al sueño?

 

Este mito está ampliamente extendido gracias a la idea, también errónea, de que para entrar en un estado hipnótico el paciente debe tener los ojos cerrados. Cerrar los ojos, efectivamente, puede ayudar a mejorar la concentración y por tanto es algo que favorece el estado de hipnosis, pero un paciente que mantiene los ojos abiertos también puede llegar a ser hipnotizado. En estos casos, se suele denominar “hipnosis activa”.

3. ¿Durante la hipnosis, el terapeuta puede “manipular” los deseos o actos del paciente?

Sin una voluntad real por parte del paciente para someterse al proceso de hipnosis, no puede existir hipnosis. Es imposible inducir el estado de focalización atencional propio de la hipnosis si el paciente no colabora en el proceso.

 

En cualquier caso, el terapeuta no tiene control alguno sobre la voluntad del sujeto. El paciente tiene en todo momento la capacidad  para tomar sus propias decisiones. En caso de que el terapeuta “ordene” al paciente a realizar algo en contra de su voluntad, éste abandonaría el estado hipnótico.

4. Durante el estado de hipnosis, ¿es cierto que el paciente puede recordar con precisión todo lo ocurrido durante su vida?

 

No, no es cierto. Lo que ocurre es que, en algunas ocasiones, el paciente puede desarrollar relatos sobre momentos de su vida que no se ciñen a lo que realmente pasó.

5. ¿Qué “poder” debe poseer el hipnotizador para lograr hipnotizar a los pacientes?

 

No se trata de tener ningún poder o don sobrenatural. Cualquier profesional debidamente preparado y cualificado puede hacer uso del proceso de hipnosis para tratar a los pacientes.

6. ¿Recuerdan los pacientes lo que ha sucedido mientras han estado hipnotizados?

 

La gran mayoría de personas son capaces de recordar todo o casi todo lo que tuvo lugar durante el proceso de hipnosis.

7. ¿Es la hipnosis una terapia?

 

No exactamente. La hipnosis no es una terapia en sí misma. La hipnosis es una técnica específica que puede ser empleada con buenos resultados y para incentivar ciertos cambios en el sujeto. Podríamos decir que los pacientes no se tratan 'con' hipnosis, sino más bien 'bajo' hipnosis y siempre con el soporte de otras técnicas, procesos y herramientas que maneja el terapeuta.

8. ¿Las personas más susceptibles de ser hipnotizadas son menos inteligentes o algo similar?

 

No. De hecho, es más bien al revés. Existe una correlación positiva (aunque no es una correlación muy fuerte, en realidad) entre la inteligencia del paciente y su “hipnotizabilidad”. Por tanto, son las personas más inteligentes las que pueden lograr el estado de focalización atencional con más facilidad.

9. ¿La hipnosis es peligrosa o entraña algún tipo de riesgo?

 

No se ha reportado ningún caso de alguien que sufriera daños físicos o psicológicos causados por una sesión de hipnosis. Muchas personas son hipnotizadas cada día por cientos de profesionales, y la mayoría no solo no declara perjuicio alguno, sino justamente lo contrario.

10. ¿Podría el paciente hipnotizado quedarse en estado de trance permanentemente si el terapeuta no lo despierta?

Como ya se ha comentado, las personas que se someten al proceso de hipnosis pueden salir de este estado en el momento en que lo deseen. Cabe recordar que el estado de focalización atencional no es sinónimo de quedarse dormido. En consecuencia, es imposible despertar a alguien que no se encuentra dormido, porque ¡ya está despierto!

 

Lo cierto es que, durante el proceso de hipnosis y debido al restado de relajación que se alcanza, el sujeto podría quedarse dormido, pero este sería un estado absolutamente convencional y podría despertar por sus propios medios sin necesidad de ayuda del terapeuta.